La terapia con caballos, o
equinoterapia, es una disciplina que utiliza al animal como medio de
rehabilitación psicofísica a través del ritmo.
¿Por qué el caballo? Estos
animales despiertan sentimientos sumamente intensos en las personas que
interactúan con ellos. Montar a caballo hace que sus movimientos beneficien y mejoren
nuestra calidad de vida.
El trote del caballo
estimula los músculos y articulaciones del jinete, estos movimientos de vaivén
se parecen a los que nuestro cuerpo realiza al caminar. La diferencia es que no
existe la pasividad del caminar, hay que reaccionar ante los diferentes
estímulos que proporciona el movimiento del caballo, hay que adaptarse a los
ritmos, provocando así una reacción además de muscular, sensorial. Además,
según las necesidades de cada paciente, se realizan distintos ejercicios con
ayuda del animal. El caballo produce efectos
físicos beneficiosos también en los niños: el calor corporal y su gran tamaño,
transmiten protección, solidez al abrazarlo y tocarlo. De esta manera estimula
la concentración y la motivación, colabora en el aumento de la autoestima, así
como la capacidad de percibir estímulos.
Cuando
el equilibrio, la coordinación y el pensar trabajan en armonía se convierten en
estímulos que resuenan como campanadas a nivel emocional, físico e intelectual,
estableciendo interacciones que permiten, en el jinete, lograr avances en la
vida diaria.
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